martes, 9 de enero de 2018

Las Ruinas del Edén

En una entrada anterior, os comentaba que uno de los cuentos del libro toma como base una anécdota que viví cuando me mudé al edificio donde actualmente resido. Pero, también, toma elementos de un paisaje que se ve desde mi ventana. Un paisaje que no me había dado cuenta de lo presente que está en varios cuentos hasta que no los leí un tiempo después de haberlos escrito.



Desde esta ventana, se puede ver un paisaje que, sin ser de una belleza deslumbrante, sí que muestra unos elementos que agitan la imaginación. Desde esta ventana, hemos visto nieblas impenetrables, atardeceres de almanaque de carnicería, incendios misteriosos y también (y la prueba la tenéis en la última foto) hombres voladores.


             
        

        


Pero lo más fascinante del paisaje es el minigolf abandonado que podéis ver a la derecha  de las imágenes . Forma parte de una casa en la que vive una señora mayor. Me llama   la  atención ver un sitio así todavía. En los años ochenta, siendo niño, recuerdo haber ido a pasar  el rato a alguno  de estos sitios. Tiene gracia encontrar en ruinas  un estado emocional que uno ha vivido en su infancia. Pero lo que más llama la atención es ver a una señora mayor vivir en mitad de un paisaje en ruinas que se resiste a estos tiempos tan modernos, como si esas ruinas fueran las de su Edén particular.

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