domingo, 1 de julio de 2018

El País de octubre

Siendo joven, cuando comencé a escribir mis primeros cuentos, imaginaba que tendría un lugar para escribir que estaría en un sótano o en una buhardilla. Allí pasaría las horas construyendo mis historias, definiendo los rasgos de mis personajes y llenando los escenarios de elementos esenciales para cada acto de la trama que estuviera desarrollando. Allí, también, recibiría a otros amigos escritores y conversaría sobre nuestras lecturas y los proyectos que, en ese momento, llevásemos entre manos.  Allí pasaría las noches, con un repiqueteo constante de los dedos en el teclado que se perdería en la madrugada, rodeado de todo tipo de recuerdos y objetos que recordasen a mis historias o que las inspirasen.

Recordé esa fantasía juvenil hace unos días, después de hojear unos libros de Ray Bradbury que había en casa de mis padres. A mi memoria vienen esos días de octubre cuando, encerrado en casa, con las gotas de lluvia del otoño golpeando el cristal de la ventana, una tarde leí Crónicas Marcianas para engancharme al resto de sus libros. Tiene gracia porque, en mi fantasía, ésa que he descrito hace un momento, mi estudio se parecía bastante al suyo, con la salvedad de que yo no usaría una máquina de escribir.



Y tiene gracia porque la vida a veces no es como uno se imagina. En lugar de una máquina de escribir, mis primeros borradores son escritos a mano y en lugar de una habitación, una buhardilla o un sótano, le he robado un rincón a un salón con cocina americana, donde una mesita plegable me sirve de pequeño teatro para mis historias.Y sí, me reúno de vez en cuando con mis amigos escritores, pero en lugar de hacerlo en mi estudio, lo hago en un mesón de los de siempre.



Aunque sí he conseguido algo que hizo Ray Bradbury. Sí tengo objetos que inspiran historias y que recuerdan a otras. Sobre la pared, está la imagen de portada de mi primer libro publicado, como un recuerdo feliz. Y ese recuerdo no va a ser el único. Pero eso ya os lo contaré después del verano, cuando estemos esperando la llegada del país de octubre y os cite de nuevo en las librerías.